La presencia suiza en Oberá se remonta a la llegada de las familias Lutz, Gsell y Lory, quienes establecieron vínculos con otras colectividades por su afinidad cultural, idiomática y musical. En 1938 ya existían registros de reuniones de la primera ‘Sociedad Suiza’, con libros de actas redactados en idioma alemán. Sin embargo, en 1941, a raíz del impacto de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad se disolvió y sus fondos fueron enviados a la Embajada Suiza en Buenos Aires.

El 25 de enero de 1942 se fundó la ‘Sociedad Suiza de Socorros Mutuos de Oberá’, que fijó su sede en la Colonia Samambaya, en un terreno donado por un miembro de la colectividad. Allí se construyó un salón que durante años fue el centro de reuniones, celebraciones y actividades culturales.

Desde 1980, la colectividad participa activamente en todas las ediciones de la Fiesta Nacional del Inmigrante. En sus inicios lo hacía instalando carpas alquiladas, cocinando al aire libre y adaptándose a las condiciones de cada edición. Con el esfuerzo sostenido de sus integrantes, logró adquirir una carpa propia de 400 m² y comenzar un proceso de mejoras constantes. Se realizaron reformas en la cocina, se construyó un lavadero, se instaló un kiosco externo y se celebró por primera vez en el Parque el Día Nacional de Suiza el 1º de agosto de 1998.

En 1994, durante una asamblea extraordinaria, se decidió el cambio de nombre a ‘Colectividad Suiza Helvecia de Oberá’, formalizado por Personería Jurídica en 1996. Ese mismo año se recibió el título de propiedad de la sede social en Samambaya y se comenzó a proyectar la instalación definitiva en el Parque de las Naciones, donde se ubica actualmente la Casa Típica Suiza.

En el año 2004, se aprobó la venta de la sede de Samambaya para reinvertir los recursos en el Parque. Gracias a esa decisión, a préstamos solidarios, donaciones y trabajo voluntario, se logró concretar la construcción de la Casa Alpina, que fue inaugurada el 1º de septiembre de 2004 bajo la presidencia de Walter Weber.

La nueva casa amplió significativamente el espacio físico de la colectividad y mejoró la atención al público. Con detalles constructivos inspirados en la arquitectura suiza, molduras símil madera y murales alusivos, la Casa Alpina se convirtió en un símbolo de identidad. Las mejoras continuaron con la construcción de un quincho, oficina, baños y depósitos, siempre con la colaboración de socios, simpatizantes y voluntarios.

Hoy, la Colectividad Suiza Helvecia de Oberá sigue viva y activa gracias al compromiso intergeneracional de sus miembros y al respeto por sus raíces. Su historia está construida sobre los valores de identidad, solidaridad, trabajo y cultura compartida.